jueves, 3 de junio de 2010

¿Y EL HUMANISMO QUÉ? (sólo un breve pensamiento)

Nos estamos preguntando si el servicio militar sí o no, si la pena de muerte, si la mano dura, porque parece que lo único que sucede en este país es la inseguridad, como si la inseguridad naciera por sí misma, como si fuese en sí misma una cosa, un concepto, una acción que no encuentra otra causa que su propia existencia. No descubro la pólvora si me permito decir que la inseguridad es un número, lamentablemente amplio, de otras muchas cosas, que parten y se desarrollan desde el ombligo del sistema capitalista. “La inseguridad empieza en la violencia de la diferencia de clase”, me dijo una alumna de 15 años. Pero mucho más allá de los gobiernos, de los dueños del capital, de la prensa o de los partidos, ese monstruo que se ha impregnado en nuestra voracidad individual no se llama inseguridad, se llama “asimilación de la ideología capitalista”, monstruo que agudizó sus garras y si somera inteligencia con la llegada del neoliberalismo, que (permítanme opinar sin ser politóloga) no ha finalizado para nada.

Hay tantas cuestiones que no se nos deben escapar cuando hablamos de la inseguridad, que este escrito, simplemente olvidará la mayoría. En primer lugar lo que nos hace falta es el regreso a la educación, no a la instrucción despótica de un sistema infame que ya no tiene las raíces del honor que pretende, como es el servicio militar en la Argentina; sino a la reivindicación de los educadores, a las exigencias de quienes estudiamos para educar, a la formación humana. LA FORMACIÓN HUMANA… escucho diariamente por radio y por la calle o lugares adonde voy, a muchísima gente opinar que hacen falta talleres para enseñar “a los chicos que están tirados en las esquinas” , etc. Y me pregunto, ¿el humanismo qué? Estamos viviendo una terrible realidad donde sólo importa y tiene interés aquello que es funcional al sistema. En segundo lugar, la famosa pena de muerte, la que, paradójicamente como nos tiene acostumbrados nuestro país, exigen los que están en contra de la eutanasia y la legalización del aborto. Parece mentira que haya gente que todavía le quedan ganas de asesinar, recuerdan el caso María Soledad: ¿cuándo esos padres que lucharon todo por su hija pidieron la pena de muerte?

Y así muchos casos, que no nos vengan a decir que hablan desde el dolor. ¿Por qué cuesta tanto escuchar y entender a personas como Carmen Argibay o Eugenio Zafaroni? ¿A qué tenemos miedo? Tal vez a abandonar el statu quo que nos proporciona la comodidad de un sistema donde “los villeros son los delincuentes” pero los explotadores de los countries no. Y, ni todos son explotadores ni todos son delincuentes. No puede haber jamás un horizonte de expectativas para una adolescencia que sólo ve desocupación e imposibilidad de ingresar al mundo, para una adolescencia a la que le fabricaron el paco especialmente para eliminarlos con mayor facilidad en un país corrompido por el narcotráfico de la “droga barata” sólo porque no es moral legalizar la.

En fin, éstas son solo palabras que no salen de la bronca sino de mi forma de pensar y de mis errores. Aspiro solamente a que bajemos el nivel de violencia que tenemos entre nosotros sin necesidad de robarnos nada, esa violencia (empezando por mí con mis palabras) con que discutimos sobre política, religión o fútbol, esa violencia con la cual enfrentamos el día a día sólo porque no nos gusta el gobierno de turno o la noticia del día. Aclaro aunque no tendría que hacerlo, que no soy oficialista pero debo confesar que me asusta muchísimo la conformación de la nueva  -pero vieja- oposición de la derecha más recalcitrante. ¿Hemos vuelto siglos atrás? De ser así, al menos podríamos buscar las raíces del humanismo. Y ya no puedo soportar la división absurda que te pone del lado de los golpistas si creés que algo de lo que hace el gobierno no está correcto. Sólo la capacidad de crítica nos hace crecer como seres pensantes, y el derecho a equivocarnos y a ejercer día a día esa capacidad a tientas, sospechándonos aprendices todo el tiempo.

3 comentarios:

Némesis dijo...

Colijo algún entripado fiero detrás de estas palabras. ¿Qué pasó en didactica Ibáñez? Porque aunque sé que son sus pensamientos, más de una vez expresados tienen una cuota de amargura que sólo provocan nuestras queridas pedagógicas.

Noelia Ibañez dijo...

llamo a un cuarto intermedio hasta que pasen las prácticas...

Némesis dijo...

jajajajajaj, perfecto, pero si no hay "sánguches" en el cuarto intermedio no me prendo.